El expresidente Leonel Fernández, mediante la queja poselectoral expresada en su artículo: “PRM: estrategia para comprar elecciones”, por medio del cual pretende justificar su amarga derrota, ha iniciado su carrera en busca de conquistar la presidencia de la República en las elecciones del 2028.
Como lo hizo después de las elecciones del 2012, el 2016 y el 2020, pero esta vez sin competencia interna en su partido, el tres veces presidente, Leonel Fernández, acaba de dar su primer paso hacia la próxima contienda electoral, antes del inicio del correspondiente mandato constitucional.
Las quejas, querellas y sugerencias de Fuerza del Pueblo (FP) empezaron un año antes de las Elecciones Municipales y solo se detuvieron el día de las Presidenciales, Senatoriales y de Diputaciones.
A pesar de que casi siempre se trató de casos relativos a aspectos tradicionales de los procesos electorales, que ellos nunca cuestionaron mientras gobernaron el país durante 16 años consecutivos, la Junta Central Electoral, con el apoyo del Partido Revolucionario Moderno (PRM), acogió la mayoría de las propuestas formuladas por la oposición.
En ese sentido, el PRM y el presidente de la República, Luis Abinader, decidieron apoyar, sin reparos, las demandas de los partidos de la oposición y las iniciativas de la JCE que contribuyeran con la transparencia y la integridad de las elecciones.
Sin duda, el comportamiento ejemplar del presidente, Luis Abinader, en el pasado certamen, marca un antes y un después en los procesos electorales dominicanos. Nunca un partido de gobierno y su candidato contribuyeron tanto con la transparencia e integridad de unas elecciones. Por primera vez no se presentó una sola imagen de uso de bienes del Estado en unas elecciones.
Tenemos plena seguridad de que cuando las universidades de Sydney y de Harvard rindan su informe comparativo de integridad electoral en The Electoral Integrity Proyect, colocarán las pasadas elecciones en uno de los primeros lugares en integridad electoral, contrario a las elecciones que se realizaron durante los gobiernos del PLD y el presidente Fernández, que ocuparon el antepenúltimo lugar de las 27 naciones de América.
No obstante, el expresidente, Leonel Fernández, después de haber reconocido el triunfo del presidente, Luis Abinader, con una enorme diferencia de un treinta por ciento, sorprendió al país con su cuestionamiento poselectoral a la amplia victoria del Partido Revolucionario Moderno y sus aliados.
El seguro candidato de Fuerza del Pueblo parte de la premisa de que el PRM, al llegar al poder en el 2020, advirtió que se encontraba en una situación, no solo de crisis sanitaria, provocada por el Covid 19, sino al mismo tiempo, de crisis económica y social. Asimismo, “que comprendía que la tendencia general en América Latina y en otras partes del mundo era que, como consecuencia de esa crisis de múltiples dimensiones, los gobiernos tendían a perder los comicios siguientes”.
Para el expresidente, Fernández, el presidente Abinader estaba condenado a perder indefectiblemente, pasando por alto que tuvo la gestión más exitosa en América y una de las mejores del mundo en el manejo de la crisis sanitaria, la cual fue reconocida por las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS), lo mismo que en la economía, el turismo, la crisis alimentaria y la crisis haitiana, tambien reconocida por diversos organismos internaciones.
Al finalizar su artículo el antiguo líder peledeista trata de empañar la límpida victoria del presidente Abinader, al sostener lo siguiente: “En resumen, más que ganar unas elecciones, lo que el gobierno hizo fue comprar unas elecciones. Eso fue todo, y nada más”.
Por el contrario, afortunadamente, en las pasadas elecciones fueron superadas las prácticas de uso desenfrenado de recursos del Estado, como ocurrió en las elecciones del 2008, en las que el expresidente Leonel Fernández fue reelecto, después de vencer en las primarias al expresidente Danilo Medina, quien impotente pronunció la famosa frase: “Me venció el Estado”.
También quedaron en el pasado elecciones como las del 2012, en las que el propio expresidente Fernández adelantó, frente a un grupo de sus seguidores, que utilizaría 40 mil millones de pesos del gobierno para ganar las elecciones.
Tampoco en estas elecciones se utilizaron recursos del Estado como en las mismas elecciones del 2012, que provocaron el más grande déficit fiscal de nuestra historia, como lo destacó Participación Ciudadana, al reseñar lo siguiente: “El 4 de octubre el país recibió sorprendido el anuncio de parte del gobierno de que el déficit fiscal del sector público consolidado terminaría el año 2012 en 187 mil millones de pesos, es decir un 8% del PIB. Posteriormente el FMI informó que sería aún mayor, de cerca de un 8.5 % del PIB, rondando los 196 mil millones de pesos. En palabras del director de la DGII, se trataba del mayor déficit fiscal en toda la historia del país desde que se llevan registros”.
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