La delincuencia: “Un análisis de los factores de riesgo”

 



Por la Doctora Ángela M. Vicente Martínez
Psicóloga Clínica

Análisis de los factores de riesgo del comportamiento antisocial (delincuencia) en la etapa infantil en República Dominicana

Sabemos de la existencia de la violencia en República Dominicana, porque hemos sido víctimas, lo vemos en la televisión, escuchamos a amigos hablar sobre ello y por estas razones salimos con temor a nuestras calles, pero ¿te has detenido a pensar cuáles son los factores que motivan a la existencia de la violencia? ¿Te has puesto a pensar qué impacto tiene en nuestros niños la influencia de la familia, escuela, grupos de amigos, vecinos y comunidad en los primeros años de edad?

Si no te has cuestionado sobre las preguntas anteriores, es importante que sepas que: los primeros años de edad de nuestros niños constituye una etapa significativa para la vida futura, debido a que las experiencias y los aprendizajes que tengan los niños en estas etapas les ayudarán a desarrollarse en otras etapas futuras, ya sea de manera positiva o negativa. Ejemplo de esto: si le enseñas a un niño que quitarle el juguete a otro es incorrecto, porque lo correcto sería solicitar o pedir permiso al dueño, o de lo contrario, en la misma situación en lugar de decirle lo correcto, le apoyas y lo incentivas a utilizar esa manera le estas enseñando estrategias para conseguir lo que quiere, una a través de conductas adecuadas o la otra con acciones que aumentarán la agresividad y el no respeto de los objetos de los demás.

Por esta razón, la infancia es muy importante debido a que lo que le enseñas en esta etapa marcará las bases para accionar en situaciones similares futuras, por esto se hace necesaria la intervención temprana en los menores, para eliminar los factores de riesgo que aumenten la aparición de conductas orientadas a delinquir o asaltar.

Para analizar los factores de riesgo de las conductas antisociales en la etapa infantil en República Dominicana, debemos definir el siguiente término:

o Conducta antisocial: estos son patrones de conductas persistentes, inadecuados a la edad y no justificados, caracterizados por el quebranto de las normas sociales de convivencia de forma repetitiva y atentando con los derechos de los demás.

A continuación, se analizarán los contextos que influyen en la aparición de conductas antisociales en los niños, además de un análisis a nivel individual:

A nivel individual: Como anteriormente destacamos las primeras etapas de desarrollo tendrán consecuencias positivas o negativas en los menores, de acuerdo a las influencias y los reforzamientos que reciban los niños.  

Los niños con baja tolerancia a la frustración, con poco manejo de las emociones, impulsividad, dificultades a la hora de analizar las consecuencias de sus actos, bajo autoestima, dificultades para ponerse en el lugar del otro.

Niños con conductas orientadas a la búsqueda de sensaciones, es decir, menores que les gustan realizar actividades peligrosas, retadoras o extremas, tienen más posibilidades de ser vulnerables y por tanto presentar conductas antisociales.

Esto no quiere decir que todas las personas que presenten estas características personales de riesgo presenten comportamientos orientados al quebranto de la ley, pero estos asociados con otros factores aumentan la vulnerabilidad de estos niños.

A nivel Familiar:

El análisis de los factores de riesgo familiar son de gran relevancia puesto que la familia es el contexto de desarrollo más importante tanto para los niños como para los adultos que viven en ella.

La familia como sistema de influencia ayuda a formar a los niños y constituye una clave sustancial para entender el desarrollo personal y las interacciones que tenga el niño a posteriori.

Por esto es tan importante analizar ¿qué estilos educativos están utilizando los padres? porque de esto dependerá el sistema de normas, reglas o valores por los que se regirán los niños en etapas posteriores. Ejemplo de esto “familias donde no existen reglas ni limites o de existir, no sean estables y se quebranten con mucha facilidad, tienen más probabilidad de tener niños con problemas de conducta, poco manejo de las emociones, niños que no respetan las figuras de autoridad, comportamientos desafiantes, entre otras manifestaciones que al interactuar con otros factores pueden repercutir de manera negativa al niño.  

Hogares donde privan las necesidades psicológicas básicas de afectividad y seguridad, podrían tener como consecuencia, menores con baja autoestima, poca confianza en sí mismos, desconfianza en las relaciones con las demás personas, niños perdidos en una búsqueda de su identidad y con dificultades para expresar sus emociones y sentimientos.

Hogares donde el estilo de corrección es utilizar la violencia física y maltrato infantil severo, traen como consecuencia aumentar la violencia en los niños, les enseñan que los golpes o maltratos físicos son la manera para solucionar las dificultades que se presenten en el día a día, no desarrollan o tienen dificultades para desarrollar la capacidad reflexiva donde pueden entender su comportamiento y tomar conciencia de las consecuencias de sus actos.

Además, en las familias monoparental donde solo exista una madre, un padre o un abuelo, presentan más posibilidades de tener menores vulnerables, debido a que las responsabilidades del día, trabajo, hogar y demás, pueden impedir que haya una supervisión constante de los menores a cargo.

Lo que puede traer como consecuencia menores más expuestos a observar acciones o conductas no recomendadas para sus edades, como por ejemplo: Observar amigos mayores de edad tomar alcohol o sustancias ilícitas, escuchar conversaciones de mayores donde se hable de contenido no apto para su edad, entre tantos.

A nivel relacional

En los primeros años el grupo de amigos se convierte en un poderoso referente de socialización. El rechazo de sus compañeros, amigos, demás niños y adultos cercanos, hace que estos se alíen con otros menores con conductas antisociales, lo que facilitará la aparición de conductas más disruptivas.

Además, el rechazo, el bullying, la no aceptación de las diferencias personales, puede alejar a los niños, trayendo como consecuencia, menores con baja autoestima, afectando la confianza en sí mismos y en los demás, lo que puede ser un factor de riesgo para acercarse a sustancias ilícitas y/o alcohol o presentar problemas de conductas.

A nivel educativo

El sistema educativo es el segundo contexto más influyente en los niños. Por lo que un sistema donde las etiquetas peyorativas como: es bruto, tonto, no aprende, no sabe, es retraído entre tantas, sean utilizadas para dañar, hacer sentir mal o para menospreciar las capacidades y/o habilidades de los niños trae como consecuencia menores inseguros, con baja autoestima y afecta las relaciones interpersonales.

Un sistema donde no haya una relación cordial y afectiva entre maestro y alumno y donde los padres no se involucren en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos, podría tener impactos negativos tales como, desmotivación de los menores hacia los estudios, desconfianza sobre sus capacidades e irresponsabilidad para realizar las actividades que le corresponde.

Estos factores educativos sumados a factores culturales dominicanos donde para tener un buen trabajo se debe ser profesional y poseer experiencia laboral puede tener impactos en la vida adulta cuando inicien la búsqueda de empleos y se les complique. Algunos optarán por buscar soluciones y otros recurrirán a conductas desviadas para suplir las necesidades básicas.

Influencia de los medios

El impacto de la influencia dependerá de los factores personales y sociales de cada persona.  Existe una alta probabilidad de que los niños imiten la violencia televisiva, aunque dependerá de las características de la violencia más que de la frecuencia con la que se observe.

La violencia televisiva tendrá un impacto influente de acuerdo a la naturaleza del agresor o de la víctima, la justificación que se le dé a la violencia, presencia de armas, las recompensas o los castigos que se obtenga y las consecuencias.

Por último y no menos importantes destacamos que para que haya menos delincuencia debemos hacer la tarea de analizar ¿cuáles son los factores de riesgo a los que se enfrentan nuestros niños día a día? ¿Le proporcionamos herramientas para eliminar o mitigar esos factores? ¿Cuentan nuestros niños con redes de apoyo seguras?

Además de esto, tenemos que tener claro que los factores de riesgo no son determinantes, pero inciden negativamente en la interacción con el entorno, causando mayor probabilidad de desarrollar vulnerabilidad y en consecuencia delinquir. Por ello se considera necesario buscar o crear los factores de protección a fin de fortalecer las posibilidades personales para enfrentar el riesgo.

Trabajando con la familia, los niños, creando planes educativos de atención a la diversidad, trabajando en programas sociales que eduquen en temas de parentalidadpositiva, búsqueda de alternativas, manejo de conflicto y comunicación asertiva.

Y desde el gobierno, creando más oportunidades para que los niños se puedan desarrollar, incentivar los deportes creando las infraestructuras necesarias, motivar y apoyar los emprendimientos, entre otras tantas medidas.

Sabiendo ahora la influencia tan gran que tenemos en nuestros niños ¿haremos algo al respecto?

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