El primer portaviones chino de producción nacional, el Shandong, oficialmente ha entrado en servicio este martes. El buque, cuya construcción comenzó en 2013, fue entregado a la Armada china en Sanya, en la isla de Hainán, en una ceremonia a la que asistió el presidente, Xi Jinping, junto con otros altos cargos del país asiático.
La nave lleva el nombre de una provincia china de la costa del mar Amarillo, y tiene mayor capacidad de transporte de aviones que el primer portaviones chino, el Liaoning, que fue construido a partir de uno soviético y entró en servicio en 2012.
Antes de su puesta en servicio, el buque, anteriormente conocido como el Tipo 001A, se sometió a varias pruebas de mar. En particular, en noviembre atravesó el estrecho de Taiwán para «realizar pruebas de investigación científica y entrenamiento de rutina» en el mar de la China Meridional.
En agosto, trascendió que el nuevo portaviones, botado en abril de 2017, tiene capacidad para llevar en cubierta hasta 36 cazas chinos de cuarta generación J-15. Su diseño es muy similar al del primer portaviones pero con un tamaño mayor, y ha sido desarrollado exclusivamente con tecnologías chinas. El buque tiene un desplazamiento de unas 70.000 toneladas, 315 metros de eslora y 75 de manga.
La nueva incorporación supone un impulso significativo para la potencia naval de China, que de esta manera se une a la lista de países que cuentan con múltiples portaviones. Se prevé que Pekín desarrolle para 2035 un total de seis portaviones con sus correspondientes grupos de batalla, cuatro de ellos de propulsión nuclear. Uno de ellos, el Tipo 002, ya se encuentra en construcción.
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